en el que yo mi peor enemigo otra vez

No hace mucho tiempo iluso de mi, pensé que había conseguido por fin la paz conmigo mismo, pero fue solamente una sensación efímera.

Aunque me había desecho de la insana necesidad que sufría de ser apreciado y querido por todo el mundo, aunque ya no necesitaba estar siempre rodeado de gente, de hacer las cosas delante de publico. Aunque había sobrepasado mi crisis prematura de identidad de los 30 y desterrado la mayoría de mis complejos. Todavía me queda al menos un paso más en mi evolución como persona.

Ahora me siento a mi mismo como mi propio enemigo. Recuperada la confianza en mi mismo y con mi ego por las nubes, y quizás provocado por el estrés, por la presión, por una competición insana. Sufro de ataques de mal rollo donde sale a la luz la pequeña parte de mí que desprecia a todo el mundo.

Y digo pequeña porque siendo honesto conmigo mismo, no es lo que realmente pienso, pero si lo que siento durante unos pequeños instantes.

Me odio a mi mismo por estos instantes, durante un tiempo muy superior al que me duran los ataques. Esa es mi verdadera penitencia, la cual abrazo para curarme.

Realizo frecuentemente el ejercicio de mirar a mi pasado intentando averiguar si he sido así siempre, si lo que provoca que estos ataques sean mas frecuentes es la situación de alta responsabilidad que tengo ahora, o simplemente antes no me sentía mal por ellos y por ende era menos consciente de su existencia. La verdad, no he llegado a ninguna conclusión todavía.

Odio la fragilidad de nuestro consciente, las innumerables ocasiones donde nuestro raciocinio se ve nublado por instintos primarios, donde dejamos de ser nosotros para ser el animal que llevamos dentro.

Y me odio a mi mismo porque mi animal interno, amparado por la ira, venza a mi consciente en tantas ocasiones.

No es solución honrosa para mí evitar las situaciones de estrés, todos somos muy majos tomándonos unas cañas, pero cuando se habla de política es cuando nos mostramos como realmente somos.

Así que para alcanzar el próximo paso en mi evolución como persona y poder llegar a mi paz interior y ser feliz, mi consciente debe acabar con mi instinto animal de tal forma que mi ira solo sea una voz a lo lejos, como ahora lo son todos aquellos complejos que padecía hace unos años.

Por cierto, hoy vi un capitulo de Scrubs, creo que el catorce o quince de la segunda, donde el Dr. Cocks sufre de algo parecido.

Deja una respuesta