Archivo de la categoría: Perlas Gatunas

en el que haciendo cosas pendientes

Llevo unos meses sacando adelante pequeños grandes proyectos que se me habían quedado enquistados.

A veces veo o pienso en esos pequeños propósitos qué por h, o por b, o por desidia nunca comienzo, o que comienzo pero dejé a medias y nunca retomé, y siento una pequeña punzada. Al contrario que en esas pequeñas cosas que gotean ilusión a nuestras vidas, cuando estos despropósitos empiezan a asentarse, son una pequeña fuga de felicidad.

Así que cuando retomo y termino una, empiezo y acabo otra, y por fin hago la de más allá, siento que me estoy moving in the right directionold trunk with pending works realistic, soft light, 4K quality, evoking a sense of melancholy and longing (stable diffusion)

Mi cajón de sastre de proyectos es bastante heterogéneo: Llevaba mucho tiempo queriendo deshacerme del router de fibra de la operadora, y sustituirlo por uno a mi elección con una ONT a parte; hace mucho tiempo que tenía un cubo Kallax Ikea pendiente de ser instalado, el cual ya por fin conforma una bonita y desigual disposición junto a la estantería Kallax central del salón; acceder a un plan de acciones de cuando trabajaba en Accenture (no ha sido nada fácil para ya está conseguido), ir al trabajo en bicicleta; instalar unas baldas en el pasillo y en el despacho; hacía tiempo que quería volver a reactivar este blog, y sobre todo, ser constante en el propósito de escribir en él frecuentemente; hoy he empezado con las autoclases de mecanografía (estoy utilizando Klavaro), aunque este propósito habrá que tacharlo cuando empiece a escribir en el teclado correctamente, y no de la desarticulada forma que aprendí a escribir a máquina, y como estoy escribiendo ahora mismo esta entrada.

Pero tengo dos propósitos que podrían catalogarse en analogía ciclista, de categoría especial. El primero es alcanzar un nivel de inglés que me permita leer como si lo estuviera haciendo en castellano, y mantener conversaciones sin problemas. Me entristece pensar en todo lo que me pierdo, sobre todo pensando en conocimiento, por no manejarme en el inglés como me gustaría. Y por último, volver a alcanzar un nivel en informática que me permita considerarme un informático senior. Ambas se podrían considerar cuestiones de realización personal, faceta de mi vida que he estado abandonando desde hace demasiado tiempo, y que necesito retomar urgentemente.

Llevo unos meses que vuelvo a tener energía. Que la mayoría de los días me vuelvo a sentir bien. No creo que venga solo por un motivo, sino un compendio de pequeñas y grandes cosas: Sin duda, la socialización para mi ser es fundamental, y se nota en la energía que me proporciona una cena con amigos o simplemente comer o charlar con compañeros del trabajo; como actualmente me tomo el trabajo y el ambiente que tengo con mis trabajadores es un factor muy importante; apartar o minimizar dentro de lo posible en mi pensamiento a cierta persona muy tóxica para mí; sin duda mi hijo de dos años y medio está en un momento precioso de la vida para quienes le rodean y pueden disfrutar de él; un importante proyecto que he empezado junto a mi pareja, que nos convierte en un equipo y que nos ilusiona a ambos; y la propia energía de realizar estos propósitos pendientes, hacen que me esté moviendo por fin gracias a una energía verdadera, y ya no sea la furia quien lo haga.

en el que esto a mí que me genera

Estoy probando una nueva dinámica a ver que tal. Ahora que estoy dejando el gaming nocturno y que me voy antes a la cama, quiero aderezarlo con un poco de escritura ligera antes de irme a charlar con la almohada. Como diría mi chica, quiero ver que me genera.

A las personas se nos da bastante mal, y a mi el primero, anticipar que nos van a generar las cosas que hacemos o vivimos. Son mayoría las ocasiones en las que predecimos que determinadas actividades nos van a generar determinados estados de ánimo, que finalmente se encuentran muy alejados de la realidad. Lo que creemos nos va a generar satisfacción, no lo hace, y como añadido a nuestras previsiones, lo que nos acaba generando es frustración. Lo que pensamos que no nos va a afectar, nos genera hastío, cansancio o vacío, y así todo. Así que, en mi opinión, lo mejor es el sistema de prueba y error sin hacer mucho caso a los vaticinios propios, probando muchas cosas, y sobre todo, estar muy vigilante a que nos hace sentir cada cosa, tanto de primeras como a lo largo del tiempo.

A veces uno debe hacer lo que le pide el cuerpo, pero siempre y cuando quien te lo pida sea tu alma. La dejadez, la desidia, la pereza y sobre todo el miedo son muy malas consejeras.

Aprender a vaticinar con acierto que te van a generar los acontecimientos, es uno de los pasos más importantes en el arduo proceso de conocerse a uno mismo, pero se debe tener claro que nunca vamos a conocernos del todo, es más, siempre habrá más de uno mismo por conocer que conocido. Es más, cuando creamos haber avanzado en el proceso, cambiaremos y nos tocara aprendernos de nuevo.

Todos somos mucho más parecidos de lo que nos gustaría creer, y mucho más diferentes de lo que queremos enseñar al mundo. Entre esos parecidos razonables se encuentra la necesidad del cambio. La monotonía nos lleva inexorablemente al aburrimiento y el hastío. Yo me he pasado mucho tiempo de mi vida menospreciando lo que me generaban las cosas. Lo llevaba al cajón de lo ilógico y despreciable. ¿Por qué me iba a tener que afectar a mí en nada cuestiones tan banales como el fondo de escritorio de mi ordenador, el color de las cortinas, que tuviera o no cortinas en casa, la ropa, o la rutina que invariablemente seguía día tras día sin el más mínimo cambio? Estoy seguro de que el Señor Spock hubiera estado muy orgulloso de mí.

El caso es que, en el proceso de salida del pozo de mi primera depresión, me hice centinela de mis emociones, buscando cual espeleólogo la más pequeña chispa de ilusión o motivación, para tirar de ella con toda y poca determinación que me quedaba. Así aprendí a detectar que me generaban las cosas, y descubrí lo mal que se nos da anticiparlo.

Ahora tengo en un apartado de mi mente, un riguroso e intrincado registro asociativo en forma de compleja red mallada, con circunstancias, actividades, momentos, personas, etc., y lo que me acaba generando cada combinación.

en el que el gato WiFi vuelve a estar online

Vuelve a estar online el gato WiFi, ese maravilloso blog donde un servidor escribe cosas sin demasiado sentido de pascuas a ramos. Nunca se me ha conocido por mi constancia, pero creo que esta vez será diferente, estoy tan convencido de ello como en las anteriores ocasiones.

Estoy cambiando de hábitos, no estaba siendo sostenible la vida de gamer nocturno, sumado a la de epiléptico con necesidad de 8 horas diarias de sueño de buena calidad, padre con niño de 2 años y medio durmiendo en cuna de colecho y empresario de los que trabajan al estilo autónomo. Así que ahora que me voy antes a la cama y que limito las sesiones de juego nocturno a dos por semana, se me presentó la oportunidad de una vez por todas aplacar mis inquietudes literarias, este es mi propósito: ¡casi todos los días ¡

Hace unos meses me puse a recuperar el blog, la idea que se me pasó por la cabeza inicialmente era aprovechar y montármelo en el NAS de casa dentro de un Docker, pero entre que la distro del NAS es un poco puñetera, es un Netgear RN516, y que ya no cuento con el tiempo con que contaba antes, se me volvió a quedar a medias el proyecto. Luego cual mensaje divino, me llegó al correo una oferta de Piensa Solutions donde se me ofrecía el WordPress, alojamiento incluido, gratuito por un año, así que ale-hop, aquí estamos.

Recuperando el blog, comprobé que por alguna extraña razón en los backups que hice con el plugin All-in-one-Wp-Migration, ¡no se encontraban las imágenes incluidas! Quien me mandaría a mí, que siempre he sido de línea de comandos y de huir de las facilidades, hacer un backup con un plugin, y no con el mysqldump y un tar de los ficheros. El caso es que también he comprobado releyendo entradas del blog, que me encantaría recuperar esas imágenes. Sobre todo, las que acompañan entradas que son una simple frase a modo de comentario de una imagen.

He sufrido de dos depresiones clínicas a lo largo de mi vida, y siempre he achacado mis lagunas de memoria a aquellos episodios, y a la medicación que tomé para ayudarme a salir del pozo. Aunque ahora también empiezo a pensar que las últimas crisis epilépticas que tuve, y el ácido valproico colaboran. El caso es que llevo un tiempo dándole importancia a mi memoria, cuando hasta ahora me había mostrado relativamente despegado hacia ella. De vez en cuando me pongo a ver fotos y a estrujar mis neuronas intentando rescatar los recuerdos enterrados en ellas.

Como enterrado en mis antiguos equipos y discos duros espero encontrar algún backup de: el gato WiFi, realizado como Dios manda. Donde estén incluidas gran parte de las imágenes perdidas del blog. Por ejemplo, hoy acabo de desempolvar un maravillo ReadyNAS NV+ de Netgear con sus 4 discos de 500 GB en raid5, y su velocidad de transferencia que ríete de la velocidad absurda de Spaceballs. Pero no hubo suerte, así que la próxima pieza de arqueología será el disco duro de ese antiguo PC que aún guardo en el trastero y de cuyo microprocesador no quiero acordarme.

Llegan las navidades, y no hay nada más navideño que La guerra de las galaxias.

Llegan las navidades, y no hay nada más navideño que La guerra de las galaxias. Desde que de niño me llevaron mis padres a ver la trilogía original; y gracias al Imperio contrataca, aprendí a enfrentarme a la frustración, y a que era posible algo que hasta entonces consideraba inconcebible: que te dejaran a medias en el final de una película y hacerte esperar años para saber que sucedía a continuación. Continuando por los años en que esperaba la reposición en la televisión con el menor número de anuncios posible, hasta la Navidad de 2019 en la cual he visto la última entrega de la tercera trilogía en las amplias salas de cine de Kinepolis, cerrando la historia de tantos personajes y linajes que empecé a seguir tantos años atrás.

Una última película que he disfrutado mucho gracias también a encontrarme en un muy bonito momento de mi vida. Muchas veces olvidamos que nuestras circunstancias son el prisma con el que miramos, y el que convierte en las películas en buenas, malas, obras de culto o el nivel máximo: pedazos de nuestra vida. Por eso, no nos debemos olvidar de cuales eran nuestras circunstancias cuando vimos el capítulo IV: éramos niños, nunca antes habíamos visto efectos especiales así, nunca antes habíamos visto un universo tan rico para la imaginación de un niño, y lo que más nos gustaba era el cine de aventuras, espadas laser y los superhéroes (en este caso Jedis).

El mayor regalo del tímido y el reservado es el mismo.

Timidez y reserva, son conceptos que en muchas ocasiones están ligados.

En mi opinión, el tímido es aquella persona que debido a inseguridades cualesquiera, sufre con nerviosismo el trato con personas con las que no mantiene confianza.

Se puede tener miedo a que pensarán de mi, desconfiar de las habilidades sociales ya sea en la conversación como en el comportamiento. Una imagen negativa de uno mismo, o diferentes complejos de cualquier índole también pueden llevar consigo la timidez.

Una persona reservada, es aquella que guarda con celo su intimidad. Lo considera algo muy valioso, de lo que no es merecedor cualquiera. Antes de desvelarse, requiere forjar una relación empática con la otra persona. Debe conocer bien a quien recibirá sus secretos, y estar segura de que los acogerá y guardará de la forma adecuada.

Hay personas reservadas que adolecen de timidez, pero es difícil encontrar tímidos que a su vez no sean reservados. El miedo, muchas veces fundado, es el lazo de unión entre timidez y reserva. Quien huye o evita las relaciones sociales por motivos distintos a los miedos e inseguridades no es alguien tímido, pero el tímido se ve atenazado por ellos a la hora de acercarse a hablar con aquel desconocido, o integrarse en ese grupo de gente que parece tan interesante. Y por supuesto, esto le hace reservado, ya que el mayor de esos miedos es desvelar su yo interior, y que este sea pisoteado o despreciado por una persona que realmente no era merecedora de dicho privilegio.

Muchos de nosotros, tímidos de pura cepa, hemos vivido una lucha interna desde nuestra adolescencia por vencer estos miedos e inseguridades. Motivados muchas veces por el anhelo a integrarnos en diferentes grupos sociales, o conectar con personas que nos interesaban, hemos ido trabajando a lo largo de nuestra vida como y de que hablar, así como de que forma comportarnos con desconocidos. Como quien tiene un mal físico, y debe entrenarlo con esfuerzo para poder realizar las mismas actividades físicas que quienes han nacido con cuerpos más atléticos. Pero no podemos dejar de entrenar habitualmente, y los nervios aunque mitigados, realmente nunca se van.

Pero no es ni bueno ni malo, ni mejor ni peor ser de una forma u otra. Supongo que es la forma que tiene cada uno de ser, de vivir y de recorrer el camino, ya sea decidida por uno mismo, o fijada por la infancia, educación o circunstancias. Como quien decide practicar el sexo en la primera, segunda o vigésima cita, o como quien sigue al Real Madrid, o es fan del Atlético. Los primeros seguramente tendrán un mayor número de vivencias, pero en contra los segundos las tendrán en menor número pero más intensas.

Cuando una persona reservada decide abrirse a alguien en concreto, le está ofreciendo a esa persona posiblemente lo más valioso que posee. Su yo interior, su ser. Sin duda se trata de algo muchísimo más importante que unas caricias, un beso, o sexo.

Mi madurez en la vida en ciertos aspectos va a fuego lento. Mucho tiempo atrás, por parte de una de las personas que más aprecio y respeto, recibí este regalo. Con ciertos atenuantes, pero sin disculpa, no supe ser merecedor del mismo y la confianza que depositó en mi mí amiga, se marchitó. La amistad y el cariño volvieron, pero eso que una vez llegó a unirnos tan íntimamente, no pudo ser restaurado. Supe en el mismo momento en que lo admití frente a ella, que sería así.

Por eso si alguien tímido o reservado deposita en ti tal confianza, que te desvela su ser. Recíbelo y cuídalo como se merece, ya que difícilmente recibirás un regalo más valioso e importante.

La competencia mal entendida

Hace ya unos años que comencé en el mundo del Wireless con mis socios en Instant Byte, cuando los primeros WISP eran las comunidades que se abrían paso en las azoteas de las ciudades, sacándole el máximo partido a las redes 802.11b.

No creo que fuéramos los primeros, pero si estábamos dentro de aquel grupo de empresas que hicieron del WiFi en sus comienzos su forma de vida: Wifisafe, 34T, Areawifi, Electrónica Alcalá, etc., y con quienes hemos recorrido un bonito camino juntos y lo que nos queda, en una competencia bien entendida, con sus más y sus menos, pero siempre llevando todo a buen termino, y con el paso del tiempo ayudándonos cuando hizo falta.

Por el camino se han unido algunas otras empresas, que pese a la competencia que suponen, han enriquecido este nuestro mundillo, incluso esa que no nos quiere nada bien, pero a la que tenemos que agradecer que hable tanto de nosotros aunque sea mal :).

No somos arrogantes ni pretenciosos. No buscamos que nuestra empresa crezca y crezca sin mesura. Tampoco tenemos especial interés en quedar mejor o por encima de nadie. Llegados a cierto punto de nuestra andadura, realmente lo que nos mueve es la relación que nos une con nuestros clientes.

Cuando preparas el diseño para un webinar, que realmente no era un webinar originalmente, si no una oferta, y el fabricante lo utiliza para realizar webinars con otros mayoristas, si lo utilizas tu después para otros menesteres, no estás plagiando.

Tampoco lo haces cuando utilizas ese mismo diseño tuyo para el webinar de un segundo fabricante, añadiendo un par de imágenes publicas del segundo fabricante, a las cuales es fácil que todo el mundo acceda en los primeros resultados de sus búsquedas.

Por otro lado, los fabricantes proponen los mismos webinars a sus mayoristas, muchas veces al mismo tiempo; así mismo los fabricantes apoyan a diferentes mayoristas en las mismas ferias, eso sucede constantemente.

La rueda hace mucho que se inventó, y el centro del universo está muy lejos de aquí.

Esos días en los que apetece un cambio, pero sin pasarse

Cada vez son mas los días en los que apetece algo diferente, algún tipo de cambio aunque sea pequeño. Una nueva canción que traiga algo nuevo a lo escuchado hasta ahora, un nuevo lugar que no se parezca en nada a los visitados hasta el momento, alguna actividad que no se haya practicado anteriormente, conocer a una persona con pensamientos distintos a los habituales.change-12

Dicen que cada cinco años el ser humano necesita realizar un cambio importante en su vida. Yo, de actitud y mentalidad inquieta, quizás se me haga largo este tiempo, y aunque se podría decir que no voy mal de cambios hasta el momento, viéndolo con perspectiva quizás ninguno haya sido realmente importante, si lo tomamos desde el punto de vista de cambiar lo que hacemos en nuestro día a día.

A veces es necesario que te digan las cosas desde fuera para que admitas las verdades que uno no quiere aceptar. Siempre he luchado, seguramente condicionado por mi entorno, contra el estigma de dejar cambiar de tarea antes de terminarla. Mi interés saltaba rápidamente de una cosa a otra con solo aventurar como sería el final de lo que estaba haciendo, sin esperar a que llegase realmente.

Un día una amiga me dijo que le sorprendía el tiempo que llevaba con mi ex-pareja, ya que siempre había pensado que yo era de los que se cansaban rápidamente de las cosas, probablemente llegó a esta conclusión mientras evaluaba en su día si era inteligente mantener alguna relación conmigo mas allá de un siempre rollete, y a fe mía, que razón tenía.

No sé si se puede aplicar cansarse rápidamente de las cosas, con cansarse rápidamente de la pareja. Siempre he sido muy sentimental, y me resulta difícil pensar que uno se pueda aburrir de los sentimientos. Una relación tiene muchos estadios por los que pasar que suponen cambios importantes en si misma. Espero no estar negando lo que no quiero admitir, y la verdad sea que no esté hecho para pasar demasiado tiempo junto a la misma persona, pero quiero pensar que los lazos afectivos, y es más, el amor, es más importante que la necesidad de cambio y sensaciones nuevas, aun en las personas que tienen mayor necesidad de ellas.

A fin de cuentas, los lazos entre las personas o se rompen, o se hacen mas fuertes con el tiempo. Lazos que permiten al ser humano conectar con otros, y mitigar la insoportable levedad del ser, y su intrínseca soledad.

Así que voy a ver si encuentro algo nuevo y refrescante en el Spotify pero sin que sea tendencia en Radio3, descargo alguna película que no tenga nada que ver con la ciencia ficción o los superhéroes, y me hago Runner, Hipster o del Rayo Vallecano.

 

Actualización: Navegando por Spotify, descubro a Calle13, gracias a una tema que tienen junto a Silvio Rodríguez: Ojos Color Sol, y me paso un buen rato pensando en que playlist colocar la canción sin atreverme a crear una categoría nueva, quizás lo insoportable realmente no sea la levedad, si no la contradicción del ser.

Imágenes de la red abril 2015 (niñez)

Hoy me siento infantil, o quizás simplemente nostálgico. El caso es que echo de menos la inocencia de aquellos años en lo que sin malicia descubría el mundo, y la imaginación y las ganas de vivir bañaban la vida. Así pues con este estado de ánimo, quizás provocado por una pequeña resaca después de una fiesta con exaltación de la amistad como colofón, no queda otra cosa que hacer una selección de imágenes que evoquen la niñez.
[slideshow_deploy id=’1461′]

En el que la edad y mi monstruo interior

monstruointeriorLlevo 35 años sin tener muy claro que hacer con mi monstruo interior. He huido de él, lo he intentado enterrar, exterminar, minimizar, desterrar… Pero nunca tuve demasiado éxito. Últimamente me ha dado por aceptarlo e intento convivir con él, en ese rinconcito de mi vida cada vez mas minúsculo, donde solo entro yo. Me pregunto si mi yo de los cuarenta pensará que soy un necio por intentarlo, como lo pienso yo por lo que intentaron mis yoes anteriores.

En el que Orson Scott Card y Monkey Island

Y es que ayer descubrí que había sido el mismísimo Orson Scott Card, el autor de El Juego de Ender, quien se encargo de escribir los famosos duelos de espadas de Monkey Island.

Esto que la mayoría de la gente respondería con el clásico me importa una mierda, a mi me dejó en estado de shock.

Lo malo de hacerse mayor, es que cada vez menos cosas saben a nuevo. O lo que es peor, a descubrimiento. Cuando eres joven vives ciertos descubrimientos como si fueras Indiana Jones en su primera cruzada.

Monkey Island fue para mi el descubrimiento de muchas cosas. En primer lugar de las aventuras gráficas, mas tarde del concepto de grabar partida (esto me hubiera gustado descubrirlo antes de intentar pasármelo varias veces del tirón), pero también de cierto tipo de humor irreverente y absurdo, del cual me hice  automáticamente fan. Y como máximo exponente de este humor, las hilarantes peleas de insultos, enmascaradas dentro de combates de espada, que convertían la lucha contra el Sword Master en el mayor reto vivido en mi por entonces corta andadura por la vida.

Ayer descubrí que los textos de aquellos duelos por pareados, venían de la mano de quien también había creado una de las historias y universos que mas me han influenciado. Aquel épico combate contra el Sword Master, quien como no podía ser de otra forma en una irreverente historia de piratas, encarnaba una mujer, salió de la misma imaginación que hizo de Ender el mas hábil, joven e ingenuo de los xenocidas.

Como ya decía Steve Jobs, los puntos se van uniendo según avanzamos por el camino. De la misma forma, las genialidades también lo van haciendo. Perdemos la fascinación por el descubrimiento, pero ganamos un sentido global de las cosas. Aunque esto muchas veces no nos guste demasiado, en ocasiones nos ofrece gratas sorpresas.