en el que Planet of Lana y los juegos Indie

Empecé ayer, y llevo unas 2,7 horas jugadas al Planet of Lana, lo cual para un padre de un muy demandante a la par que energético niño de 4 años, y contando con muy poco soporte familiar, casi es todo el tiempo libre disponible en un fin de semana. Digo casi, porque en Netflix han sacado los tres primeros capítulos de la temporada dos de Arcane, y eso se devora a la que sale.

Planet of Lana, me trae a la memoria Another World, Prince of Persia y Flashback, y eso es mucha nostalgia para poder resistirse uno. Es decir, es un arcade de plataformas, con elementos de puzzle y acción, este con mucho más puzzle que acción, con movimientos que evocan la famosa rotoscopia. Por cierto, muy recomendable el siguiente documental sobre como Jordan Mechner, creador de Prince of Persia, se enfrentó victorioso a la mayor parte de limitaciones técnicas del hardware de la época: How Prince of Persia Defeated Apple II's Memory Limitations | War Stories | Ars Technica.

El apartado artístico me puede en todas las piezas de entretenimiento que disfruto, y en lo que viene siendo la vida en general: gráficos, estilo visual, animaciones, música, etc., hacen en ocasiones que comulgue con malas historias, defectuosas narrativas, inverosímiles argumentos u otros aspectos de fondo, siendo para mi disfrute más que suficiente un buen arte en la forma. Soy de esas pocas personas que celebran cuando se dan cuenta de que la película que han ido a ver es un musical (Joker: Folie à Deux 🙂), y que disfruta jugando a un walking simulator con buen apartado artístico. No estoy diciendo que el fondo no sea bueno en Planet of Lana, pero solo estoy al comienzo de la historia.

¿Y como es el apartado artístico de Planet of Lana? Está muy cuidado, eso se nota desde el principio. Cuida los detalles y tiene un buen número de ellos, además de buscar y conseguir el preciosismo. La apariencia es estilizada, lo que para un amante de las acuarelas como es el menda, siempre es de agradecer. Los sonidos y la música te envuelven en la trama, con una factura esquisíta. Como dirían en la charcutería de mi barrio, es arte del bueno 🙂.

Ya no se puede hablar de la escena indie del videojuego como algo nuevo, o que es un aire fresco en la industria, ya que está totalmente establecida. Cada vez es menos costoso para un pequeño grupo de artistas, porque hasta el que se pica el código más gris de un videojuego es un artista, o incluso para una sola persona que se aventura a encargarse de el amplio número de aspectos de un videojuego, realizar un trabajo profesional y vistoso que acompañen las ideas y creativos conceptos que quieran dar a luz. Eso hace que que desde hace ya años nos encontremos con autenticas joyas cada vez de forma más frecuente. Con esto no quiero decir que sea sencillo ni mucho menos. Estamos hablando normalmente de personas que sacrifican sus ahorros para poder estar 2 años o más gestando su proyecto, el cual la mayoría de las ocasiones no genera un retorno de inversión positivo, y obliga al grupo o a la persona, a dedicarse a otra cosa, o con suerte si puede seguir en el mundo de los videojuegos trabajando para un estudio mediano o grande.

Pero es verdad, que al menos ahora es posible jugársela como antaño en la llamada década dorada de lo videojuegos, y de vez en cuando se logra. Lo genial de la escena indie, es que no sufre de afectación por el mercado. No están obligados a hacer y rehacer lo mismo que ya funcionó, para no tomar riesgos con la inversión frente a los inversores, aunque eso acabe en una degeneración periódica en cada lanzamiento como si de una sociedad que se reprodujera por clonación se tratase. Los creadores de la escena indie plasman sus ideas con las limitaciones propias del presupuesto, horas de trabajo necesarias y conocimientos técnicos, que se reducen cada vez más gracias a las herramientas, como son los motores: Unity, Godot, Unreal Engine, etc., y la propia comunidad de creadores y desarrolladores que tanto me recuerda a la del Open Source, una de las cosas que todavía me hace confiar en la especie humana.

Por eso, desde hace un tiempo tengo la afición de comprar juegos indie, y jugarlos en los pocos ratos libres de los que dispongo, lo cual se ha convertido en una de las actividades más enriquecedoras de las que realizo.

En el caso de Planet of Lana, el estudio indie es Wishfully Studios, el cual es sueco y supongo estará compuesto por estas seis personas (suecos parecen 🙂) que están manteniendo esta charla al parecer tan amigable, en esta foto que aparece en su web.

La música de Planet of Lana está compuesta por Takeshi Furukawa, en el siguiente minidocumental nos hablan de ella: The Music Behind Planet of Lana – Takeshi Furukawa

 

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